En nuestra cervecería podemos encontrarnos con Achel Blond y Achel Bruin dos de las seis variedades que se producen en la Abadía de Sint-Benedictus y aunque su etiqueta no sea la más bonita lo que realmente importa es su contenido, autentica cerveza trapenses.
Achel Blond es de color dorado intenso, algo turbia con una densa espuma blanca de gran duración. Podemos encontrar en nariz aromas dulces a fruta fresca y levadura. Tiene un sabor aterciopelado con notas cítricas de leve amargor que termina con un final suave y afrutado.
Achel Bruin es de color ambar oscuro con una densa espuma marrón claro de gran duración. En nariz podemos encontrar aromas intensos a malta, lúpulo, madera y matices florales. En boca encontramos sabores de levadura y picantes derivados de la gran saturación de CO2, también encontramos sabores especiados y ligeramente amargo.
En nuestra cervecería se encuentran en botellas de 33 cl.
Las Achel las podemos maridar con una tapa de lomo de orza con sal de pimentón.
Siendo benévolos podemos poner el inicio de la historia de la Cervecería Achel o Brouwerij der Sint-Benedictusabdij de Achelse Kluis se remonta a 1648 cuando se funda la capilla de Achel, la cual pasaría a ser abadía en 1686. No es hasta 1852 cuando se elabora la primera cerveza y ya en 1871 se convierte en monasterio trapista al elaborar cerveza de forma habitual.
La fábrica es desmantelada en 1917 ya que los monjes abandonaron la abadía en 1914 motivados por la ocupación alemana durante la primera guerra mundial. Hay que esperar hasta 1998 para que se vuelva a elaborar cerveza en la abadía para lo que contaron con la ayuda de los monjes de las abadías trapistas de Westmalle y Rochefort.
Es la cerveza trapense de menor volumen de producción.